Suelta un círculo,
camina hacia otros lugares;
sube.
En la punta del sonido
apaga el salitre de esa casita
que no fue mas que otro hábito del humo.
Es por el amontonamiento de tiempo
que pierde arena;
cae como esos hilitos
que se escapaban
de los camiones volcadores.
Se multiplica por el jardín
hacia los cuatro costados;
y en la mordedura de la sonrisa
se abre una puerta
que tapa la estrella herida
en el color violeta.
Pintura: Oleo sobre lienzo
80 x 80 cm
Noviembre 2020
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