Este domingo gris
no puse tangos,
me acordé
de esa radio de mi abuelo
que tenía un mapa
abajo del dial,
y a la que ni subiéndome a una silla
podía alcanzar.
Le debo la imagen
de esos espejismos
que se ven en la ruta
a lo lejos,
cuando hace mucho calor,
y en la inocencia
nos creemos
que es agua.
Canta, la mentira no le pesa...
convencido...
con un vaso de vino al lado;
el poroto del truco a las pardas
acercándose a la mesa.
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