domingo, 28 de enero de 2018

Terrones



























Por terrones se desafilia
    el paradero de una rueda chica.
Las piedras besan.
Todo era ella: agua,
        que ahora se obsesiona
                                   por el vacío.

Las grietas  salidas -sin escalas-
de las cuevas al cielo.

Los precipi​ci​​os se desbocan
por un puñado de etcéteras
 desprendi​do​​​​s
                       de florcillas rojas.

Albergue de cascadas,
      y suspendidos en las cavidades
duraznos salvajes…

No se encuentran más que
diluvios;
rampas de frío           –arriba-
y los cóndores que a ellas vuelven
se desafiebran del óxido –también-
de un salar de vagones
                            y rieles que mueren.

Suspendidos en las cavidades –lubricadas-,
duraznos salvajes;  
    se vuelve equilibrio en terrones    
                                 hasta un cementerio de trenes
                           


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